La agenda ordinaria de los miembros de la orden
la regla templaria, basada en la reforma cisterciense de la benedictina, establecía oficios religiosos y trabajos específicos para cada momento de la jornada. La hora en que debían realizarse estas actividades variaba según la latitud donde se encontrara la encomienda y según la estación del año (si había luz invernal o estival). Los oficios se celebraban en la capilla de la casa, y si esta no disponía de una, en la sala principal. En cuanto a las tareas cotidianas eran lógicamente mas domesticas en Europa y más bélicas o de campo en las fronteras como palestina o la península ibérica. El domingo se consagraba al Capitulo local. Se efectuaban justas, extraordinarias, en Navidad, Pascua y Pentecostés.
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