Tras haber pasado todas las Navidades acompañando a mi madre al igual que toda la familia, nos volvimos a Vitoria para incorporarnos al trabajo y fue la noche del 24 al 25 de enero cuando estaba trabajando de noche y a las cinco de la mañana cuando recibí la llamada de Toñi para decirme que mi madre había fallecido unos minutos antes. Es la segunda vez en mi vida que recibo este tipo de llamadas, esta vez la recibí con aparente calma, lo contrario a cuando recibí la noticia del fallecimiento de mi padre que me puse a llorar como un niño, y no es por que quisiera a uno más que al otro. Sin embargo en las horas de la ceremonia fúnebre, recuerdo que durante la de mi padre no solté una sola lágrima y, sin embargo, en la de mi madre fueron varias las ocasiones en las que no pude contenerlas.
Este año como podéis comprobar no ha empezado nada bien para la familia y parece ser que la muerte de mi madre no va a ser lo único malo que nos traiga aunque sí lo peor, tengo que reconocer que no todo fueron malas noticias, también hubo cosas buenas.
A finales del año 2001, a Toñi le localizaron unos pequeños miomas en el útero y en el mes de junio éstos habían crecido de una forma poco normal para lo médicos por lo que la solución era operar. Fue el día uno de octubre cuando le realizaron la operación, de la cual salió todo perfecto.
Bueno, creo que a la de esta foto ya la conocéis todos. El motivo por el que aparece aquí es porque me ha pedido que incluya parte de su diario personal, cosa que me ha alegrado un montón y mucho más cuando lo he leído, espero que a todos os llegue tanto como a mí:
Hoy me he levantado con dolor de garganta, será por el frío que pasé anoche supongo... El caso es que me he tomado una pastilla efervescente y me he quedado mirando cómo se deshacía en el vaso... lo he comparado con la vida y no me ha gustado.
Se introduce en el agua con toda su forma al completo y después de llegar a la base del vaso es como si la superficie le comenzara a arrancar todo su esplendor, su forma, su vida, como si la superficie fuera el cielo y la base la tierra. Lucha en la base por sobrevivir, el cielo tira de ella para llevársela completamente, se la va llevando poco a poco mientras lucha por quedarse ahí en la tierra, en la vida. Pero llega un momento en el que toda su fuerza ha sido absorbida, se ha quedado completamente pequeña y no tiene más fuerzas para luchar y sube a la superficie, y todas las burbujas que ha dejado en su lucha, su alma y su recuerdo, se quedan en el mundo.
Parecerá una tonta comparación pero me ha recordado a mi abuelita Inés, tiene unos 80 años y después de la embolia está en casa con mis tíos y mi padre. No puede moverse, su lucha en la vida está cesando, la dan de comer por medio de una sonda y apenas habla, se ha quedado como la pastilla, pequeña y a punto de llegar a la superficie. Pero quedará su recuerdo, quedará su imagen y todos los momentos vividos con ella.
17-01-02
Es increíble, cuando consigo tener mi autoestima por las nubes, algo acaba ocurriendo para bajarla, y ahora mismo no está a ras de suelo pero sí a medio gas.
Estoy muy agobiada por los exámenes, por primera vez desde que estoy en Barcelona había aparecido la claridad en la profundidad en la que me encontraba, veía que hay algo más que ese fondo, hay vida alrededor, había y hay sonido y sonrisa; empezaba a centrarme en los estudios, en la carrera, que es a lo que vine a Barcelona. Mi abuelo estaba mejor, al menos más alegre... pero de repente el barco está haciendo ademán de volver a hundirse.
Anoche me llamó mi padre, es la segunda vez que me llama él mismo desde que vine en julio, siempre me llama mi madre. Bueno, me contó que mi abuelita Inés se pasa el día en una cama, ya no tiene “vida”, únicamente abre los ojos cuando la asean mi padre y mi tía Petri cada mañana, y come por medio de una sonda. La pastilla se está quedando sin burbujas que desprender, se van quedando todas a flote.
Hace dos días mi ordenador pidió la jubilación anticipada y se la ha concedido él solito, sin mi permiso. ¡¡¡Joooo!!! Yo soy su dueña, bueno, en serio, según el técnico es una sobrecarga de electricidad y, por suerte, el seguro lo cubre pero, aún así, es un dinero que debo gastarme y me sabe mal tener que pedírselo a mis padres, andamos muy mal de dinero y no quiero ahogarles más.
Hoy a mi abuelo se le ha olvidado ponerse la insulina por la mañana y al mediodía le hemos pillado mi abuela y yo poniéndosela sin consultar si era peligroso o no. Le podía haber dado una fuerte subida de azúcar como a mi abuela Inés, pero por suerte sólo le ha subido un poco, me ha tenido toda la tarde nerviosa, a ver cómo pasa la noche.
18-01-02
Querido abuelito Antonio, en ocasiones cierro los ojos y recuerdo los buenos momentos que pasábamos juntos cuando iba a visitaros al pueblo cada verano. Eras una de las pocas cosas buenas que tuve en mi infancia; aquellos maravillosos paseos de los que disfrutábamos la prima Sonia y yo en tu burrito por las calles del pueblo y por el campo. Tú me enseñaste a amar la naturaleza con tantos animalitos en tu casa, tanta vida en ella. Allí vi por primera vez nacer un pollito, fue maravilloso, un ser cobraba vida... pero ya no hay animalitos en tu corral.
De pronto un día te fuiste, fue una navidad, el día de reyes. Recuerdo que poco antes de marcharte te canté una canción de Enrique y Ana.
”Amigo Félix, cuando vayas al cielo,
amigo Félix, hazme sólo un favor,
quiero ir contigo, a jugar un ratito,
con el osito y la osa mayor”.
Te fuiste dejándome aquí, dejando a la abuelita sola sin su amor, puedo imaginar perfectamente qué es lo que se siente cuando te alejas de un gran amor, pero tanto años de convivencia y el saber que pasarás años sin volver a verle, lo hacen aún más duro.
Pero tranquilo abuelito, unos 13 años de espera separados el uno del otro sin poder abrazaros, habrán merecido la pena porque pronto la volverás a tener entre tus brazos, espérala con una sonrisa a las puertas del cielo, ella estará en camino muy pronto.
20-02-02
El día 25 de Enero mi abuelita fue al encuentro de su marido, me imagino ese tierno e intenso abrazo que se darían después de tanto tiempo separados sin sentirse cerca el uno del otro.
Lo he pasado muy mal estos días sabiendo que sus últimas palabras hacia mí fueron las navidades del 2000, fueron de enfado y tristeza al no haber ido a verla al pueblo
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