El 14 de febrero, mi hermana Toñi e Isidoro, tienen su primera hija
Estíbalas Hernández Rincón. Curiosamente y por pura casualidad, ese mismo día Manoli y Pedro tuvieron también su primera hija:
Alicia Jiménez Caballero, y sin que a ellas entre sí les una algún lazo familiar, las dos son sobrinas de Toñi y mías, en estas dos familias y unos años más tarde se volvería a repetir otro caso muy similar, pero cada cosa a su debido tiempo.
Estíbaliz fue bautizada el 28 de agosto en Irún y Alicia en Orellana.
La famosa reconversión industrial a la que nos tiene acostumbrados el gobierno socialista, toca de lleno a Chocolates Suchard por lo que ante el posible cierre de la fábrica, pido la baja voluntaria en la empresa y ponemos en venta el piso contemplando la posibilidad de marcharnos a Extremadura o a Vitoria siendo esta última la más probable.
En Extremadura, la junta que gobierna la comunidad autónoma, promulga la Ley de las Dehesas a fin de mejorar la estructura agraria, impulsar su aprovechamiento integral y ayudar a su rentabilidad económica.
La industrialización y comercialización de los productos agrarios ha contribuido a una notable mejora de la renta y de la calidad de vida de las zonas de regadío, que son muy superiores a las que tienen los extremeños que trabajan en las tierras de secano, como es el caso de Orellana.
El 21 de noviembre, nacería la segunda hija de Eusebio y Toñi,
Elisabeth Rincón Luengo y que fue
bautizada el 17 de abril de 1987 en Lasarte-Oria. Ante la falta de nacimiento de varones tanto por parte de mi hermano como por la mía, nuestra rama del apellido Rincón tiende a desaparecer quedándole la posibilidad de una generación más como segundo apellido.