Un fin de semana más toca salir a estirar las piernas al monte y hoy con un doble aliciente, pues además de una caminata por la montaña, vamos a disfrutar de una visita cultural de lo más interesante como son los yacimientos de Ibeas –Atapuerca en la provincia de Burgos, son el referente más importante para ayudarnos a comprender mejor la evolución humana y una gran base de aportación de restos arqueológicos que no deja de aportar datos de nuestros antepasados. Se puede decir que estas montañas guardan en sus entrañas el disco duro del ordenador de nuestros antepasados con información desde hace un millón y medio de años hasta la edad de hierro.
Uno de los descubrimientos más importante es el cráneo completo del “Homo Antecessor” que está considerado la especie humana más antigua con más de un millón de años. Eran unos personajes, fuertes y altos, pero en sus rostros ya poseían rasgos modernos, sin embargo su cerebro era más pequeño que el nuestro.
También se ha encontrado la cadera del “Homo Heidelbergensis” esta especie desapareció hace unos doscientos cincuenta mil años y se conocen datos de su existencia de hace aproximadamente quinientos mil años, eran grandes y fuerte llegando a pesar más de cien kilos y su cráneo era grande y muy aplastado, tenían una enorme cavidad nasal y una mandíbula muy saliente.
La cueva de los zarpazos, denominada así porque en sus paredes se aprecien perfectamente las maracas que dejaban los osos en la piedra al afilarse las garras, es una galería subterránea con una chimenea al exterior, está chimenea probablemente se formó por el hundimiento del techo, convirtiéndose en una trampa por donde caían los animales, que cogían los humanos y otros animales carnívoros. Los restos óseos encontrados, tienen una antigüedad de entre doscientos mil y cuatrocientos mil años, se han encontrado numerosas herramientas de piedra y restos óseos de ciervos, bisontes, caballos, zorros, linces, osos, leones y rinocerontes.
Después del paseo mañanero, nada mejor que acercarse a Burgos capital para tomar unos pinchos por su casco antiguo y comer un menú en uno de los restaurantes de la zona en los que podemos deleitar unos Tigres, ensalada, espaguetis con tomate y bonito un buen filete de ternera con pimientos y patatas fritas y de postre leche frita. Para bajar un poco los alimentos del menú nada mejor que visitar uno de los monumentos de la ciudad y como la catedral ya la conocemos, nos vamos dando un paseíto hasta el monasterio de Santa María de las Huelgas.
El monasterio de Santa María la Real de Las Huelgas pertenece a la congregación de monasterios de monjas cistercienses de San Bernardo. Fue fundado en 1189 por el rey Alfonso VIII de Castilla. Está construido a partir de un palacio que existía en la zona, la reina Leonor fue la mas interesada en su construcción para que las mujeres tuviesen el mismo poder de mando que los hombres en la vida monástica, por lo que la abadesa del convento obtenía un rango equivalente al del Papa, convirtiéndose así este monasterio en la casa madre de todos los monasterios femeninos de castilla. El monasterio tiene su propio patrimonio que ha ido creciendo con el paso de los años. Aun se guarda la carta fundacional del rey que empieza así:
Yo, Alfonso, por la gracia de Dios, rey de Castilla y Toledo, y mi mujer, la reina doña Leonor…