Post al azar

20 AÑOS SIN TÍ


miércoles, 6 de enero de 2010




Fue el 6 de enero de 1990 a las 5 de la tarde cuando recibí la llamada que llevaba esperando desde hacía mucho tiempo pero que jamás deseé su llegada y hubiera dado parte de mi vida por no recibirla. Pero hay cosas que no se pueden evitar. Al otro lado del teléfono se encontraba mi hermano Eusebio, casi no podía articular palabra alguna y no sabía cómo decírmelo de la forma más suave. Al final, fue mi madre la que se puso al teléfono y, casi sin andarse con rodeos, me dijo que mi padre acababa de fallecer.
Por primera vez, experimenté el dolor y el sentimiento por la pérdida de alguien querido, es algo que no se puede explicar con palabras y por más que te lo explican es imposible de aceptar y comprender. Pero, por desgracia, es algo que a todos nos llega tarde o temprano y por desgracia en estos 20 años nos ha tocado y no sabéis como, espero que a partir de ahora nos toquen 20 años de gloria, por aquello de las vacas gordas y las flacas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No había cumplido ni los ocho años cuando recibí aquella noticia el Día de Reyes, ese día en que los niños reciben regalos y los disfrutan con alegría pasando el día con sus padres y demás familiares... Pero a mí me tocó perder al que considero aún hoy, lo mejor de mi familia (sin contar a mis hijos, claro). Quizá por esa piscina que nos hizo, por esos primeros recuerdos de la infancia que le debo, donde me vuelvo a ver jugando con las primas en el agua, riendo con él...

Se le sigue echando en falta a pesar de los 20 años que ya han pasado.

Esa foto siempre ha estado conmigo allá a donde he ido, la de nuestro último verano con él.

Un beso, donde quiera que estés y seas quien seas ahora pues, según la prima Silvia, nada más irte, te convertiste en un bebé de otra familia a la que tenías que hacer feliz como nos hiciste a nosotros. Por lo tanto... Feliz cumpleaños, de paso.

Silvia dijo...

Las buenas personas nunca mueren, y él sigue muy vivo en nuestros corazones, y aunque éramos muy pequeñas, habéis sabido trasmitirnos sus valores, aún recuerdo la última matanza cómo se levantó de la cama... y los polos de limón en el bar "la Ardilla", y esa piscina que criaba renacuajos.... gracias por todos estos recuerdos.

Ir Arriba