La fortaleza que fue en el siglo XVI, habitada por los condes de Cassillis, sigue siendo una visita inexcusable en Escocia. Fue restaurado varias veces, la última en los años setenta. Hoy sigue siendo una extensa finca al borde de un acantilado y un excelente ejemplo de una gran hacienda rural.
El parque que se sitúa alrededor del Castillo de Culzean está abierto durante todo el año, y no hay nada más agradable que pasear por sus senderos durante un día de primavera, cuando sus narcisos y azafranes llenan los caminos. Además, aparecerán las alfombras de campanillas, las azaleas y los rododendros. En verano, los jardines del castillo mostrarán muchos tipos de flores y arbustos. En invierno, una fina capa de nieve permite contemplar un panorama diferente.
Hay cuevas marinas por debajo del castillo que actualmente quedan fuera del alcance de los visitantes. Aunque hay plan de convertirlas en un museo.
Perteneció a la familia Kennedy hasta 1945, cuando fue ofrecido al presidente Eisenhower como regalo del pueblo escocés. Eisenhower, quien siempre lo consideró como su 'Casa Blanca' escocesa. Por sus corredores se puede ver el fantasma de un gaitero que ameniza con su música la estancia de los huéspedes. Dicen que la primera aparición de éste ser, fue durante la boda de una de las hijas del clan Kennedy, una familia maldita para muchos, que durante algún tiempo fue propietario del castillo.