Bueno, ya sé que la mayoría sabéis que hoy es mi cumple, pero por si acaso hay algún despistado ahí queda eso.
¿Qué cuantos cumplo? Uf eso ni se pregunta, de todos modos si miráis bien por el blog encontrareis mi fecha de nacimiento y con una buena calculadora, lo sacareis rápido.
Y como no podía ser menos, mi cumpleaños lo tenía que celebrar a lo grande así que os cuento un poquito de esas dos ciudades tan chulas.
LEÓN: Esta ciudad debe la razón de su existencia a una legión romana que en ella se asentó en el siglo I, denominada lejío VII de ahí su nombre. Como monumentos importantes caben destacar la catedral gótica de Santa María (XIII), La colegiata de San Isidoro (XII) y el convento de San Marcos, hoy parador nacional, también cuentan con un gran número de casas señoriales que le dan un toque muy especial a la ciudad, las principales son la casa de los Botines y el palacio de los Guzmanes. Por supuesto no hay que dejar de visitar el barrio húmedo famoso por sus casas señoriales y plazas, pero sobre todo por sus bares de poteo donde por un solo euro te puedes tomar un pote y un delicioso pincho en cualquiera de sus muchos bares y restaurantes.
BURGOS: Hacia el año 884 Diego Porcelos, encargado por Alfonso III del gobierno del condado castellano, estableció una población alrededor de una fortaleza avanzada de Castilla (Caput Castellae), lo que dio origen a la ciudad de Burgos.
Su monumento principal es la catedral que se termino de construir en el año1240, considerada una de las más grandes.
La visita al Castillo y su entorno no significa sólo un viaje a los orígenes de la ciudad, sino que supone una experiencia cultural de primer orden, pasando de los tesoros arqueológicos e históricos de la propia fortaleza a la diversidad de la naturaleza de su parque, el mayor de Burgos, que nos descubre la fauna y la flora autóctona en sus paseos y en el Centro de Divulgación de Aves. Además cuenta con un mirador desde donde se puede observar toda la ciudad.